miércoles, 8 de abril de 2020


Hola de nuevo, antes de empezar directos en la lectura del capítulo 6, bueno parte de el, quiero acordarme en estos momentos tan difíciles que vivimos a causa de la pandemia del coronavirus, de las madres y padres que con sus hijos pequeños en casa, les entretienen para que no se desesperen ante esta situación tan poco común para l@s m@s peques de la casa. Gracias a esos niños y niñas que nos enseñan tantas lecciones día a día. Para grandes y peques mi reconocimiento de su valentía. Creo que es un buen momento para que padres y madres, hijos e hijas disfrutéis de estos días de encuentro familiar, para estrechar lazos y compartir todo el amor que podáis.
Ánimo!! Esto está a punto de acabar.

Y ahora ya sin mas, os dejo con la primera parte del capítulo 6 de Mateo. La versión que estoy usando es la Reina Valera del 60:

Mateo 6

Jesús y la limosna

Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Jesús y la oración

Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Jesús y el ayuno

16 Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro,
18 para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Jesús vino a predicarnos el Reino de Dios, a enseñarnos el verdadero comportamiento cristiano. Sólo leyendo las palabras de Jesús podremos saber como agradar a nuestro Padre Celestial. No dejes de leer la Biblia todos los días, poco a poco, pero sin pausa, los momentos que vivimos requieren cada vez más un conocimiento mas exacto de como servir a nuestro Dios.


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