AMOR
AI lgunas personas dicen
que no hay amor más grande que el de una madre o un padre, y eso es tan cierto
como que existe la noche y el día. Ellas y ellos lo dan todo por sus hijos e
hijas, la vida, su tiempo, su sueño. Mientras estamos con ellas y ellos no
dejan que nos falte nada, nos proveen de todo lo necesario, alimento vestido,
abrazos. Sí, una de las cosas que más echamos de menos cuando nos alejamos de
ellas y de ellos es el amor que nos dan a cualquier hora del día. ¡¡¡Si tan
sólo pudiéramos devolverles un poquito de los que nos dan!!! Si les tratásemos
con respeto y paciencia ganaríamos mucho en las relaciones padre/madre-hijo/hija.
Muchos
sabemos que el amor de la pareja también
puede llegar a límites desconocidos ¡¡¡por amor puedes hacer tantas cosas!!! mudarte
de casa, de ciudad, de país, el color de pelo…, hasta de religión, si nuestro
nivel de enamoramiento es muy alto. Y es tan fácil corresponder al amor de tu
media naranja. Decir te quiero con sinceridad, simplemente no está de moda,
pero demostrar que esas palabras son sinceras es cuestión de imaginación y
empeño. ¡¡¡Si tan sólo pudiéramos cada
día agradecer su compañía, el estar en nuestras vidas enriqueciéndolas!!! Sería
tan fácil ver una sociedad con matrimonios más estables y duraderos.
Otro amor
a destacar es el de los amos por sus mascotas, a veces los tratan casi como si
de un humano se tratase, les abrigan y les visten con ropa confeccionada especialmente para
ellos, les alimentan, acarician… Es una pena que algunos de estas personas, con
el tiempo, se cansen de los pobres animalitos y los abandonen, o lo que es aún
peor: que los maltraten. ¡¡¡Si tan sólo pudiésemos sentir el dolor que les
causamos!!! no seríamos capaces de someterlos a este trato vejatorio e
indignante.
Reconozco
que estos tres tipos de amor son fundamentales para la vida de todo ser humano,
imprescindibles en el crecimiento y desarrollo de nuestra vida. Pero he
encontrado el amor más grande de todos,
el que me llena de esperanza en un mundo mejor y más justo, el que me llena de
amor y respeto hacia mis semejantes, ya sean mayores o menores, hombres o
mujeres, ricos o pobres y por todos los seres vivos ya sean animales o plantas.
Ese amor tan grande que no hay palabras para describir es amor de Dios por el ser humano: porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Evangelio de San Juan 3:16
En este día que muchos queremos
dedicarlo a recordar y proclamar este sentimiento tan maravilloso, no olvidemos
que para poder amar a los seres humanos, a los animales y a la naturaleza,
debemos que estar conectados a la verdadera fuente de amor, al amor más sublime.
Un amor que nos mostró Jesús al venir a esta tierra y enseñarnos el verdadero
significado del amor.
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Un maravilloso paseo por la vida de Cristo, el único que puede salvar a la humanidad.
miércoles, 14 de febrero de 2018
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