viernes, 2 de febrero de 2018

Al terminar el primer mes del año, quiero mostrar mi gratitud a Dios que es la base de mi vida, reconociendo que todo se lo debo a él. 
Gracias por el Amor que mostró al dar la vida de su hijo para salvar a toda la humanidad, esa dádiva infinita del perdón de nuestros pecados a través de su muerte. Por eso la esperanza de su Segunda Venida a este mundo ilumina mi vida a cada paso que doy, motivándome a ser feliz y a compartir este mensaje.
Jesús nos invita a todos a confiar en él y a seguir sus enseñanzas que son tan necesarias para transformar nuestra vida, a practicar la obediencia en su palabra y vivir así esperar  que se cumpla su promesa.

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