domingo, 25 de enero de 2015

Hola a todos/as,

Hoy quiero compartir con vosotros/as la regla de oro que nos enseñó Jesús en Mateo cap 7:12 que dice así: Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos.

Este es un texto que me encanta y  que me gustaría aplicar en mi vida y con todas las personas con las que tengo la oportunidad de tratar a diario.

Hoy he decidido ponerlo en práctica con mi hijo adolescente. Seguro que la mayoría sabéis lo que es tener un adolescente en casa. Pues bien, como os decía lo he intentado llevar a la práctica y se que dará sus frutos.

Todos sabemos que en estas edades los chicos y chicas son un manojo de reacciones diferentes que ni ellos mismos puedes explicar. Cambios de humor constantes, sentimiento de rechazo de todo lo que les rodea, excepto sus amigos y amigas, y un largo etcétera de comportamientos totalmente contrapuestos y sin motivo.

Ante la incapacidad de entender los ataques de ira y de malestar general que veo en él, me he parado a pensar como me sentía yo y como me gustaba que me trataran en momentos tan difíciles, de tanto cambio hormonal.

Lo que he hecho ha sido retener mi ímpetu de responder a su tono elevado de voz preguntando como le fue el día anterior con sus amigos, le he pedido, con la excusa de que no me acordaba, que me explicara como se resolvían los problemas  de matemáticas, con la idea de facilitarle el aprendizaje de los mismos. Y por último para reforzarle en el inglés le he pedido escribir una canción de actualidad, de las que a él le gustan, y después traducirla. Después hemos jugado al pin pon...

 Hemos pasado un buen día y he conseguido tratarle lo mejor que he sabido, haciendo que sus reacciones de adolescente queden un poco atenuadas y ganándome su cariño que es lo que toda madre quiere conseguir.

Así que antes de tratar a las personas como ellos nos tratan,  intentemos tratarles como nos gustaría que nos tratasen a nosotros, intentando reconocer el momento y las dificultades por las que están pasando. No es fácil ponerse en la piel de los otros, pero es imprescindible para ser buenos cristianos y seguir las enseñanzas de Jesús.

Espero que os haya ayudado en algo.

Hasta pronto.